El discurso del oso

Oso de la guarda

Nuestro oso protagonista no vive en un bosque oscuro, no ha hibernado demasiado para despertar luego en medio de una fábrica, ni se ha tropezado nunca con una linda pero mal educada niña de blondos rizos. Este oso vive en un edificio, para más detalle, en las cañerías de un edificio. Se pasea muy campante por las tuberías del agua, de la calefacción y por los conductos de ventilación.



A veces se divierte jugando con la gente que desconoce su existencia: sopla por un tubo para desviar la salida de los humos de la cocina de una señora, saca su patita peluda por un caño y espanta a una jovencita dispuesta a darse un baño o simplemente se deja caer por las cañerías haciendo un ruido atronador que despierta la vocación de queja de los inquilinos. Pero cuando en las noches cálidas sube a la azotea y se zambulle en la cisterna salpicada de estrellas desde donde disfruta de la danza de la luna, se llena de una traviesa felicidad que tiene que expresar en secretas visitas nocturnas a esos grandes y torpes seres a quienes se los ve tan solos.
Entonces, mientras se lavan la cara al despertar del día siguiente, el oso aprovecha para acariciarles las mejillas y lamerles la nariz y se retira “vagamente seguro de haber hecho bien”.



Emilio Urberuaga, el ilustrador de este cuento de Cortazar, que es también un homenaje al entrañable escritor argentino, ha logrado plasmar con sus dibujos toda la poética, ternura y melancolía del texto. Un álbum que sale fuera de lo común porque no está estructurado como una trama que ofrezca un desenlace típico de un cuento corto, es simplemente la narración de las vivencias y sentimientos de un oso de tuberías que como un ángel de Win Wenders está siempre pendiente de la vida de los otros que siente suyos.

Título: Discurso del oso
Autor: Julio Cortazar.
Ilustrador: Emilio Urberuaga
Editorial: Alfaguara, Libros del Zorro Rojo
Librería: El Crisol
Edad: a partir de 4 años.
Precio: S/. 79