martes, agosto 14, 2012

El pez que sonreía





Todos los días se detenía frente a la vitrina de aquella tienda, una especie de gran pecera con cientos de peces de todas las formas y colores que nadaban de un lado a otro bajo los ojos de los embobados espectadores. Pero había uno de ellos que demandaba toda su atención, no tenía ojos para otro pez que no fuese aquel,… que le sonreía. Y como a cada sonrisa del pececito se calentaba un grado su corazón, no pasó mucho tiempo hasta que decidiera llevarse a casa a su nueva mascota. 


Una noche, luego del acostumbrado y húmedo beso de las buenas noches, el pequeño pez se iluminó, si, como por arte de magia, con un resplandeciente fulgor verde.  Se elevó, con pecera y todo, por encima de la mesa y salió volando de la habitación. Preocupado porque le vaya a pasar algo el hombre se calzó sus pantuflas y siguió a su pez volador a través de las calles de la ciudad, atravesando el puente sobre el río, cruzando el bosque y llegando finalmente a la playa.

El agua fría y cristalina los invitaba a nadar y ellos, hombre y pez, no se hicieron de rogar. Eran tan dichosos que pensaron que podrían nadar así, juntos, por el resto de sus vidas, en la inmensidad protectora del mar. O eso creían, porque unas cuantas brazadas mar adentro se toparon con una extraña pared invisible. Cuando descubrió que estaba dentro de una enorme pecera, un grito de pavor logró arrancarlo de su horrible pesadilla. Más calmado pero aún con la respiración agitada por el susto, volteó a ver a su pececito que, como siempre, le sonreía desde su prisión transparente y, a diferencia de lo que siempre había sentido, esta vez, la sonrisa de su amigo no lo alegró.



Obviamente el cuento no acaba así, pero ya se enterarán ustedes por cuenta propia de cómo termina. Lo que quiero comentar es la enorme capacidad que tiene esta maravillosa historia de aceptar diferentes interpretaciones: la búsqueda de la felicidad a través de la libertad; la generosidad como requisito para una verdadera amistad. Se pueden tentar varias y todas ellas válidas interpretaciones porque la historia de Jimmy Liao es como una parábola que es, al fin de cuentas, uno de los mejores y más eficaces recursos educativos. Así que, queridos padres, salten de la pecera y disfruten esta hermosa historia con sus retoños.

Título: El pez que sonreía.

Autor: Jimmy Liao
Editorial: Barbara Fiore
Librería: Crisol
Edad: a partir de los 4 años.
Precio: S/. 63.00

2 comentarios:

  1. Anónimo5:43 p.m.

    Preciosa historia. Magnífico autor e ilustrador.

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  2. Me gusto mucho.Tiene una gran imaginación esta historia

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