viernes, agosto 03, 2012

Barba Azul




Todos conocemos la cruenta historia de Barba Azul, probablemente uno de los primeros “serial killer” de la literatura universal. ¿Cómo, no se la saben? Pues es la historia de una bella doncella que se deja seducir por las enormes riquezas, joyas, oro, fina porcelana y ricas telas, de un hombre al que todos temen por la extraña coloración de su barba. No sería la única doncella que, con las gafas de la codicia, ve belleza donde hay fealdad y bondad allí donde se macera un alma oscura y tenebrosa. El caso es que nuestra incauta e interesada heroína llega hasta al altar con su “bello” monstruo. Pasan los días y todo parece normal hasta que Barba Azul tiene que viajar para tratar asuntos de negocios no sin antes recomendarle, más bien amenazarla, que no entre, bajo ningún motivo, a uno de los cuartos de la mansión. La recién casada invita a su hermana y amigas a pasar unos días con ella, pero no pasa mucho tiempo hasta que termina vencida por la curiosidad y entra en el cuarto prohibido. El horror casi la ahoga al ver el sangriento espectáculo que se muestra ante sus ojos: los cadáveres de las anteriores esposas de Barba Azul. 



Como es de esperarse, cuando regresa el asesino descubre inmediatamente la falta de su joven esposa y decide que sufra la misma suerte que las anteriores. ¿La matará? ¿Es necesaria la muerte como único castigo a la ambición de riquezas y la curiosidad de una joven? Pues tendrán que leer el cuento.
Si bien la historia de Perrault es sangrienta y descarnada, tanto como otros muchos  cuentos recogidos del folklore europeo de aquella época, el álbum que comento no es particularmente interesante por su versión narrativa. Lo realmente notorio es el discurso gráfico del álbum ilustrado. La imágenes son tan o más terribles que la historia que se cuenta. Están hechas con trazos de fuerte contraste en blanco y negro, todas las imágenes de las mujeres tienen las bocas abiertas como si estuvieran a punto de lanzar un grito de ahogada angustia y todos los hombres tienen los ojos desorbitados como los llevaría un loco en plena crisis psicótica. Barba Azul, para mayor terror del lector, utiliza un yelmo con la cara de un feroz cerdo que incrementa el carácter perverso del personaje. Toda la fuerza narrativa, el clima de miedo y angustia que transmite la historia, es mérito único, en esta versión, de las ilustraciones.



Solo una recomendación para aquellos padres que se animen a leerles a sus hijos  esta interesante y turbadora producción editorial, una recomendación de Jean Piaget: “Los niños no se asustan por el dibujo de monstruos, a no ser que el adulto insista sobre su carácter perverso”.

Título: Barba Azul
Autor: Charles Perrault (adaptación)
Ilustrador: Christoph Wischniowski
Editorial: FCE
Precio: 35 soles.
Edad referencial: De 6 años para arriba.

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