martes, octubre 06, 2009

¡La auténtica historia de los tres cerditos!

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Todos conocemos la historia del lobo feroz y los tres cerditos. Te la ha contado tu mamá, a tu mamá tu abuela y así ha pasado de generación en generación. Pero hasta ahora no habíamos escuchado esta historia desde el punto de vista del lobo... Bueno, esta es una versión realmente entretenida -y por momentos muy cómica- de la historia, en la que a raíz de unos estornudos, que casualmente llegaban en los momentos más indicados, el lobo encuentra a unos chanchitos que, víctimas de sus destrozos, quedaban “bien muertitos” y, como a él no le gusta desperdiciar la comida ni las oportunidades, procedía a servírselos de cena.

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La astuta versión de Silvestre B. Lobo, que es el nombre de nuestro glotón y ladino protagonista, es la siguiente. Él está un poco resfriado en su casa, haciendo una torta para su querida abuelita que está de cumpleaños. En medio de la preparación se da cuenta de que no tiene azúcar y va en busca de ella. Resulta que tiene unos vecinos rosaditos, bien gorditos y muy ingenuos, que quizá lo podrían ayudar, así que decide ir a la casa del primero de ellos, que como sabemos está construida de paja.

Le pide el azúcar. Asustado, el cerdito no contesta. El lobo se pregunta si su vecino estará en casa pero, o no, justo le empieza a picar la nariz. Por más que trata de evitarlo, expele un inoportuno, no calculado (suponemos) y violento estornudo cuya fuerza provoca que la casa se caiga.

Como todavía no consigue su taza de azúcar, “Sil” -que así prefiere que lo llamen y que además ya se siente mucho mejor de su resfriado- se dirige hacia la casa construída con palos de madera del segundo cerdito, hermano del difunto. Otra vez toca la puerta y pide el azúcar. Esta vez este cerdito le contesta que está ocupado. De pronto, otro enérgico estornudo lo ataca, y nuevamente los destrozos y otra vez un “cerdito muertito”. Pese a que está con la panza llena, el suertudo lobo no deja la cena servida y disfruta una vez más del manjar imprevisto.

Pero el azúcar para la torta, que era su preocupación principal, aún no la conseguía. Entonces enrumba a la casa de su siguiente vecino, el último hermano de los difuntos, un cerdito inteligente y cauteloso que no ha construído su casa de ningún material endeble, sino de ladrillos. Sil llama a la puerta, le pide azúcar y el cerdito le contesta diciéndole que se vaya. El lobo asombrado ante tamaña falta de amabilidad, y ya a punto de regresarse, siente por tercera vez la dichosa picazón en la nariz, y estornuda una vez más, pero la casa no se cae. El cerdito molesto le espeta que la abuela se siente en un alfiler. Según nos cuenta Sil, él estaba tranquilo, pero al escuchar tanta ofensa hacia su abuelita, se molesta y empieza a estornudar y resoplar reiteradamente, armando tal barullo que aparece la policía seguida por la prensa y los periodistas que al enterarse de los dos cerditos que se cenó, escriben y reescriben la versión que hasta ahora habíamos conocido.

Este álbum ilustrado que empieza con una introducción del protagonista, está narrado en primera persona. Las ilustraciones en tonos marrones complementan la historia, y en algunas ocasiones estas se utilizan como capitulares al inicio del texto, recordándonos un poco a los cuentos de antes.
Es un álbum muy divertido, traten de conseguirlo.

Título: La auténtica historia de los tres cerditos!
Autor: Jon Scieszka
Ilustrador: Lane Smith
Editorial: Thule
Librería: Amazon
A partir de 5 años
Precio: $8.99 (más gastos de envío, pero vale la pena)

3 comentarios:

  1. Realmente es un libro graciosísimo. Los dibujos tienen varios detallitos perfectos para que los niños comprendan mejor la historia.

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  2. lo ubicaré para comprarlo...perfecto..!

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  3. Anónimo11:39 a.m.

    Es recomendable que en la presentacion de los paratextos (titulo, autor, editorial, etc.), tambien se mencione al ilustrador.

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