lunes, agosto 24, 2009

Noche sin luna

No he sin Luna, carátula001


Un jalón de orejas para la Luna

Zóhar es una niña que, como tantos otros pequeños, le tiene miedo a la oscuridad. Sus padres saben perfectamente que para que pueda conciliar el sueño necesita algo de luz, así que dejan una lamparita prendida todas las noches, todas, a excepción de aquellas en las que la Luna está gorda y baila, luminosa, junta a las estrellas. Así que aquella vez su padre le dio el beso de las buenas noches y salió del cuarto dejándola en compañía de su nocturna amiga. Pero esta vez todo seguía a oscuras, la Luna no estaba donde debería y Zóhar se asomó al balcón para buscar dónde se estaba ocultando.

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La oscuridad del cielo solo estaba habitado por enormes nubes en forma de amenazadores elefantes. Pero al mirar hacia abajo, pudo ver una esfera blanca que reposaba en la fresca yerba, “pobrecilla”, se dijo, “debe haber tropezado y caído en mi jardín”. Pero cuando se acercó a hablar con ella se dio cuenta que no era su redonda amiga sino un redondo gato blanco y algo enojado porque no lo dejaban dormir en paz.

Más allá, al final de la calle, se dio cuenta que algo brillaba con un resplandor bastante lunar, pero cuando se acercó se dio cuenta que era la linterna de un policía. Aprovechó entonces para informarle que la Luna había desaparecido y sentar la denuncia. Sacó una libretita y empezó a interrogar: cuál es la descripción de la susodicha, cómo se fugo, tenía cómplices? Zóhar lo dejó muy afanado tomando notas mientras un ladrón se escabullía a sus espaldas.

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Cuando la pena empezaba a empañarle los ojos divisó en la profundidad del bosque una extraña luz que le dio nuevas esperanzas. Caminó y caminó hasta que llegó a una pequeña cabaña. Tocó la puerta y salió un hombre calvo que le dijo no saber nada de su extraviada amiga y le cerró la puerta en las narices. Pero cuando al irse pasó por la ventana se quedó estupefacta al ver a la Luna bailando descalza encima de la mesa al son del piano que tocaba el hombre calvo. “Qué barbaridad, que poca responsabilidad”, pensó Zóhar, así que cuando irrumpió en la cabaña ambos, el hombre calvo y la Luna, se ganaron una fuerte reprimenda. La pequeña le explicó a la Luna que si no se encintraba en su puesto, los marineros no podrían encontrar su camino, los lobos no tendrían a quien aullar y, claro, ella no podría dormir.

Un historia sencilla y llena de imaginación que viene acompañada de entrañables ilustraciones y de una cuidada edición donde los colores que predominan, el plateado y el azul, combinan perfectamente este lunático cuento.

Título: Noche sin Luna
Autor: Shira Gefen y Etgar Keret
Ilustrador: David Polonsky
Editorial: FCE
Librería: FCE
Edad: a partir de 3 años
Precio: S/. 42

1 comentario:

  1. Anónimo12:49 a.m.

    Es un cuento Hermoso, con ilustraciones maravillosas, que mis niños de 2 y 3 años disfrutan una y otra vez!!!!

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